El 29 de diciembre de 2019 las autoridades sanitarias chinas comunicaron a la Organización Mundial de la  Salud la aparición de un nuevo virus de la familia de los coronavirus, que pasó a denominarse SARS-CoV-2. Desde ese momento la transmisión de este patógeno a nivel global ha sido imparable.

En España el primer caso detectado fue el 31 de enero en La Gomera, detectándose los primeros casos en la península el 24 de febrero, si bien posteriormente se encontró este virus en una persona fallecida el 13 de febrero en la Comunidad Valenciana. Desde entonces, se han diagnosticado más de 166.000 casos en toda España, con más de 16.000 muertos, lo que arroja una mortalidad global del 10%.

Desde el 16 de marzo en España se han adoptado una serie de medidas de confinamiento y de gestión de todos los recursos sociosanitarios bajo un mando único con el objetivo de disminuir la curva de nuevos casos y dilatarla en el tiempo para evitar el colapso del sistema de salud.

El SARS-CoV-2 provoca en los afectados un cuadro con una sintomatología parecida a la de la gripe pero que en un porcentaje relevante de casos presenta un rápido empeoramiento, provocando que los enfermos requieran cuidados intensivos. La enfermedad causada por este virus se ha llamado COVID-19, y aunque afecta a todos los grupos de edad, los más vulnerables, en cuanto a cifras de casos graves y de mortalidad, son los mayores de 60 años. Esta situación hace que en nuestros centros sanitarios los servicios asistenciales que atienden a adultos,sean los que sufren una mayor saturación, escasez de medios y, en general, tengan unas mayores posibilidades de ver alterado su funcionamiento ordinario. A pesar de esta situación tan especial, en nuestros hospitales siguen naciendo niños con patologías y/o casuísticas perinatales especiales que requieren de una atención sanitaria específica.
Aunque nuestras unidades de neonatología no están siendo especialmente golpeadas por el COVID-19, sí que sufren la alteración en el funcionamiento ordinario del hospital, desde el colapso de los laboratorios hasta la escasez de equipos de protección individual, sin olvidar que las familias, madres, padres o abuelos, así como el personal están en riesgo de adquirir este virus en la comunidad.

En las últimas semanas, desde la Sociedad Española de Enfermería Neonatal (SEEN) hemos recogido los testimonios, las preguntas, las preocupaciones y, en ocasiones, las frustraciones, de decenas de enfermeras neonatales que ven alterada su actividad, no solo en recursos y carga laboral, sino también en los aspectos fundamentales y definitorios de nuestra profesión. Por ese motivo, la SEEN quiere emitir el siguiente
posicionamiento.
1.- La SEEN se manifiesta solidaria con todos los equipos de sanitarios, enfermeras, médicos, técnicos en cuidados auxiliares de enfermería, celadores, personal administrativo, de limpieza, etc., que están luchando para salvar la vida de los pacientes en las unidades de cuidados intensivos, en las plantas de hospitalización, en atención primaria, en los hospitales de campaña y en los servicios sociosanitarios, y que cuando no pueden curar, dedican todo su empeño a cuidar y acompañar al final de la vida.
2.- La SEEN manifiesta que la atención al recién nacido y su familia en el ámbito territorial en el que tiene influencia, el territorio español, debe regirse por la mejor evidencia científica disponible y por la ética clínica, que analiza los valores implicados en las decisiones clínicas con los principios de la bioética, y por la ética del cuidado, que tiene en cuenta el contexto y las situaciones particulares para la toma de decisiones.
3.- Los principios de la SEEN, que se muestran a continuación, se basan en la mejor evidencia científica disponible, así como en la ética clínica y del cuidado, y son los siguiente:
-Atención centrada en la familia.
-Cuidados centrados en el desarrollo.
-Promoción de la lactancia materna.
-Humanización de la asistencia.
-Colaboración entre los diferentes componentes del equipo asistencial.
4.- Si bien el contexto actual de la pandemia del SARS-CoV-2 puede alterar el «qué hacemos» y el «cómo lo hacemos», no está justificado que se altere el «quiénes somos» o «para qué y por qué trabajamos». Por ese motivo, la SEEN se posiciona en contra de que estos principios de la atención al recién nacido y su familia sean alterados sin una justificación basada en la evidencia o en la ética.
5.- La SEEN comprende que estos principios pueden verse alterados por cuestiones contextuales de la asistencia, como son los recursos humanos y materiales o los riesgos para la salud pública, pero, como señalamos en el punto anterior, estas alteraciones deben estar claramente justificadas y documentadas.
6.- La SEEN insta a todas las enfermeras neonatales a que documenten y comuniquen a sus superiores, a los órganos colegiados y a la SEEN todas las prácticas que se lleven a cabo en los centros de trabajo contrarias a estos principios y que, a su juicio, no estén suficientemente justificadas. Manteniendo siempre el secreto profesional y empleando los cauces adecuados para la transmisión de información confidencial.
7.- La SEEN se ofrece a las autoridades sanitarias, a otras sociedades científicas y a la comunidad en general, para asesorar y aconsejar en todo lo referente a la adecuación de la práctica asistencial en cuidados neonatales durante la pandemia del SARS-CoV-2.
La experiencia y el conocimiento de las enfermeras neonatales, hoy más que nunca, son fundamentales para proyectar cómo debe ser la asistencia en este nuevo contexto y en el futuro que esta pandemia amenaza con instaurar.